El 20 de diciembre de 1973 el almirante y presidente del gobierno Luis Carrero Blanco salió de la iglesia de San Francisco de Borja de Madrid tras su diaria misa matinal y se subió al Dodge Dart negro que debía llevarle de vuelta a su domicilio en la calle Hermanos Bécquer,5. El trayecto que recorrió era calcado al que hacía siempre...En el mismo lindero con la parte de atrás de la iglesia de los jesuitas donde había oído misa, una bomba de gran potencia estalló al paso del vehículo, elevándolo varios metros hasta superar la fachada del edificio y caer en el patio interior, acabando con la vida prácticamente en el acto. El atentado, conocido como "Operación Ogro" fue cometido por la banda terrorista ETA, demostrando su capacidad operativa real fuera del territorio vasco. Las autoridades franquistas lo consideraban improbable, a pesar de algunos indicios, y apenas habían tomado medidas de seguridad: la dotación de guardaespaldas era de 50 para todo el Gobierno y no había protocolos determinados.
El atentado fue un duro golpe para Franco, que confiaba en Carrero Blanco para que fuera el hombre que continuara con el Régimen franquista tras su muerte.
El atentado fue un duro golpe para Franco, que confiaba en Carrero Blanco para que fuera el hombre que continuara con el Régimen franquista tras su muerte.
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