sábado, 13 de octubre de 2012

COVADONGA, SALUS HISPANIAE

Estatua de don Pelayo en Covadonga

Las crónicas posteriores al éxito logrado por los combatientes cristianos en la batalla de Covadonga presentaron aquel enfrentamiento militar nada menos que como  salus Hispaniae, es decir la salvación de España. Allí se situó el inicio de la resistencia positiva de los cristianos de Hispania frente a los musulmanes de Al-Andalus. Ciertamente las crónicas de aquellos tiempos nos han transmitido opiniones sumamente contradictorias, Mientras que las fuentes cristianas aluden a un éxito espectacular en el que murieron cientos de miles de musulmanes, los textos árabes afirman que el ejército islamita decidió retirarse de las montañas próximas a Covadonga sencillamente por falta de interés. En cualquier caso es indudable que los cristianos de la zona astur impidieron el posible avance de los musulmanes hacia la costa cantábrica. De ahí a que aquel triunfo militar fuera saludado con grandes elogios por los eclesiásticos de la época, únicos hombres cultos del momento.
(...)  En verdad Pelayo no llegó nunca a ostentar el cargo de rey, aunque sí lo hicieron sus sucesores. Es más, el reino sobre el que se asentaban aquellos gobernantes se limitó en un primer momento a una pequeña zona de Asturias. De todos modos, la mención del término “España” hace referencias al pasado de los tiempos visigodos. La victoria de Covadonga sería considerada, por lo tanto, el punto de partida de la futura recuperación de todos los territorios de la península Ibérica que habían caído, no muchos años antes, en poder de los invasores islamitas.

Julio VALDEÓN BARUQUE “La Reconquista” 



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