La expulsión de los moriscos
G. Puig y Roda. Museo de Castellón
En 1609 se decretó la expulsión de los moriscos. España perdió trescientos mil súbditos laboriosos, el 3% de la población total, pero esta proporción se elevaba al 16% en Aragón y al 38% en Valencia. Esta fatal medida no fue popular; no era reclamada por ningún estamento; no por simpatía hacia los moriscos, sino porque con su marcha todos perdían: las finanzas municipales, los señores de vasallos, hasta la Inquisición.
La medida se tomó por los dictámenes elaborados por el Consejo de Estado sobre la peligrosidad, al estar dentro de la penísula, ante el recrudecimiento de la piratería turca y berberisca en nuestras cotsas y el temor a un desembarco enemigo
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