La dictadura franquista mantuvo una serie de principios ideológicos que se convirtieron en sus señas de identidad y que son los siguientes:
+ Concentración del poder político en manos de Franco hacia cuya figura se estableció un “adhesión inquebrantable” que fue el elemento clave de todo el edificio político del franquísmo.
+ Nacionalsindicalismo. La Falange aportó al régimen elementos de su ideología y de su imagen tales como el anticomunismo, antiparlamentarismo y antiliberalismo, y los rasgos fascistas (símbolos, uniformes, saludos, la violencia como medio político y la memoria de su líder José Antonio Primo de Rivera). Ejerció una labor de adoctrinamiento a través de organizaciones paralelas como la Sección Femenina , el Frente de Juventudes o la Organización Juvenil Española.
+ Catolicismo: la defensa de la moral y la religión católicas. La Iglesia fue la gran legitimadora de la dictadura franquista. Apoyó a los sublevados desde el inicio calificándoles de mártires y cruzados. A cambio dominó la vida social y la educación obteniendo desde el inicio las abolición de las medidas calificadas como anticristianas llevadas a cabo en la República (matrimonio civil, divorcio, aborto) y la confesionalidad del estado. Se impuso una estricta moral católica en lo público y en lo privado.
+ Patriotismo: Defensa de la “unidad de la Patria ”. Negativa a cualquier autonomía política de las regiones y fomento del castellano como única lengua española.
+ Tradicionalismo. La idea de España que defendió la dictadura se basó en raíces históricas a menudo adulteradas: La Reconquista , el Imperio, Defensa del Catolicismo. Los símbolos del régimen se tomaron de épocas gloriosas de la historia del país, un ejemplo es el águila imperial o el yugo y las flechas que pertenecían a la época de los Reyes Católicos.
+ Militarismo. Preponderancia social del estamento militar (desfiles, uniformes, himnos, bandera…) al tiempo que acaparaban los más altos puestos de la Administración (ministros, subsecretarios…)
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